Tras conocer la muerte de Laura Luelmo, bajé al Capri a tomar un café. Allí estaba Sonia, una mujer de mi pueblo, cabreada con la vida y amiga de los gintonics. El sonido de los cubitos se convirtió, por un instante, en el testigo del diálogo. Un diálogo sobre mujeres asesinadas en la última década. […]
↧