El sábado por la tarde, horas antes de que Sánchez declarara el Estado de Alarma, fui al Capri. Necesitaba, la verdad sea dicha, saludar a Peter. Allí, a un taburete del mío, estaba Gregorio. Gregorio es un octogenario, de las tripas de mi pueblo, que luchó como ninguno contra las tropas de Paco. Tras hablar […]
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